Una mañana miraba trabajar la línea procesadora de pasas de uva en mi establecimiento, cuando de pronto comenzaron a caer por una de las 5 boquillas de salida de la tamañadora, unas pasas doradas transparentes que de inmediato llamaron la atención a todos los presentes. Tomé un puñado y noté que además de ser transparentes eran blandas y con un pedicelo muy fácil de eliminar. Con 14 años de experiencia en el tema y conociendo la calidad de las pasas de otras provincias y de otros países no tardé en darme cuenta que tenía en mis manos las mejores pasas de uva del mundo.
Pero ¿de dónde salieron estas pasas? La respuesta tardó mucho en llegar, conté en el capítulo anterior que el INTA con el ingeniero Casas al frente habían realizado un esfuerzo poco común en Tinogasta al difundir unas decenas de variedades de uva sin semilla para pasas y enseñar a los productores las técnicas del injerto en “T leñoso”. En mi viñedo de Medanitos, habían injertado a modo de prueba muchas variedades diferentes entre ellas la que dio origen al “descubrimiento” pero ¿de cual de estas variedades salió esta pasa? Pregunté a los obreros su opinión y me indicaron una variedad que de inmediato multipliqué pero al año siguiente demostró no ser la buscada.
Pasas de uva variedad “Nevado”
El problema se agravó cuando extendimos las uvas controlando el origen varietal y sin embargo no obtuvimos pasas transparentes. La solución vino de la mano de un miembro de La Barra también viñatero, “Pajarito” Olmos (padre). Olmos conociendo el esfuerzo que hacía por encontrar el origen de las pasas transparentes aportó un dato esclarecedor, un día se presentó trayendo en la mano una bolsita llena de pasas transparente, sin elaborar.
- Pero de dónde sacó estas pasas don Olmos? Le pregunté sorprendido- ¿Sabe por que son transparentes?, explicó, porque las sequé en una galería...
Olmos había descubierto la clave, las pasas se obscurecían con el sol y nosotros no obteníamos pasas transparente por la práctica de “dar vuelta las pasas” que se hace en la mitad del desecado, las primeras que vimos caer de la tamañadora eran transparentes porque se habían extendido temprano con mucho calor y se secaron rápido sin darlas vuelta, las pasas de abajo, contra las cartulinas en el suelo, salieron transparentes.
Olmos había descubierto la clave, las pasas se obscurecían con el sol y nosotros no obteníamos pasas transparente por la práctica de “dar vuelta las pasas” que se hace en la mitad del desecado, las primeras que vimos caer de la tamañadora eran transparentes porque se habían extendido temprano con mucho calor y se secaron rápido sin darlas vuelta, las pasas de abajo, contra las cartulinas en el suelo, salieron transparentes.
Identificada la variedad y que es lo que las hace transparente, se presentaba un nuevo desafío: como lograr que todas las pasas salgan transparentes. Comenzó otro largo camino donde participaron todos los miembros de la barra, los principales interesados en el tema eran Luis Castaño y el Ing. Jais un nuevo y muy apreciado integrante de la barra, que lamentamos profundamente dejara este mundo teniendo todavía tanto para dar.
Resulta que el gobierno de Catamarca había hecho unas cuantas paseras de unos 10 m o menos con 4 o 5 planos de malla donde los productores extenderían sus uvas para el secado, pero quizás quienes recibieron estas pasera no tenían la variedad Nevado, de todos modos estas paseras no me servirían a mí por la cantidad de pasas que ya en ese tiempo estaba produciendo.
Un productor de Tinogasta había construido una pasera de alambres de 25 m según un modelo desarrollado en Tucumán, era justo la idea que estaba desarrollando para construir una pasera de 100 m de largo, se hablaba que habían tenido problemas y fui a visitarlos. Quien me recibió me dijo: “nosotros no mostramos nuestros fracasos”. Le expliqué mi proyecto y que no debería tener problemas, que si me la mostraba quizás podría ayudarlo, a regañadientes me dejó entrar. Dos cabezales distantes 25 m tenían varios alambres tensados con criques donde colgaban los racimos y sujetados con una rienda a enormes bloques de cemento que se habían levantado del suelo cuando por accidente se mojó el suelo. Le dije que el problema no era la carga de uvas sino la tensión sumada de todos los criques que era exagerada e inútil, le pedí una pinza y que bajo mi responsabilidad le desataría un alambre para demostrarle que podría sostener el tendido con los dedos, cuando desaté el alambre una exclamación de sorpresa surgió de los presentes.
Intentaré explicar en forma simple algo que no pueden aceptar la mayoría de las personas: si tenemos un alambre de cualquier largo que sea, inclusive cientos de kilómetros como los tendidos eléctricos de alta tensión, los apoyos, en este ejemplo las torres van descargando el peso del cable al suelo y si ponemos cargas a ambos lados de un apoyo, si cargamos la mitad derecha del claro de la izquierda y la mitad izquierda del claro de la derecha es obvio que las tensiones en el alambre se contrarrestan y el apoyo transmite al suelo toda la carga vertical o sea el peso.
Pasera de 100 m en finca Istataco en Medanitos
Sobre esta pasera cargamos 16.500 kg de uva, los claros no llegan ni a arquearse en forma apreciable y la estructura esta sostenida con dos riendas simples a un durmiente enterrado en el suelo. Esta pasera fue construida en 1992 o sea que lleva 16 años produciendo las pasas “Nevado pasera” de excelente calidad. Quien desee profundizar el análisis matemático previo al dimensionamiento de estas estructuras el tema se llama “catenaria” cuya ecuación fue desarrollada por Johann Bernoulli en 1691, sirve para calcular la tensión en el alambre que produce una carga sobre los claros.
Este capítulo algo técnico sirve para evaluar las infinitas posibilidades que se abren con la participación y discusión de los temas ya que crean una causa común y cada uno aporta su granito de arena para lograr realizaciones innovadoras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario