Todos los conceptos son discutibles y justamente en esto se fundamenta la existencia del foro, pero a nadie escapa que una mirada al mapa del mundo y conociendo los indicadores del progreso de los países, se ve claramente el efecto que tuvo Inglaterra en el desarrollo de sus antiguas colonias, en contraposición con el subdesarrollo de las que pertenecieron a España.
Fue en Inglaterra, donde se echaron las bases del progreso económico, al aplicar los conocimientos científicos al desarrollo tecnológico e industrial y que fue el liberalismo, con pensadores como Jhon Locke, Adam Smith y los conceptos del “Common Law” o “derecho común” los que acotaron claramente la injerencia del estado en los asuntos de los ciudadanos.
A las costas norteamericanas llegaron en el “Mayflawer” gente como Mr. Penn, que solo confiaban en Dios y en si mismos, que no vinieron a servir a ninguna corona sino más bien escapándose de ella, que las riquezas que producirían no iba a volver a Inglaterra para ganar prestigio social, sino como buenos protestantes a cumplir con el precepto de que la “riqueza es un premio de Dios al sacrificio” y que quien la recibiera tiene el mandato de utilizarla para dar nuevas y mejores oportunidades a la generaciones futuras. ( Max Weber “La ética protestante y el desarrollo del capitalismo en occidente”).
Esa gente llevaban en sus mentes el progreso y la riqueza y tras su independencia, la democracia por ellos creada estaba dirigida a alentar los intereses de los ciudadanos y no los del estado. Los pueblos de origen hispano por el contrario, vinieron a servir al Rey, a explotar la riquezas de América pensando en regresar con ellas a España donde reeditarían sus glorias cuando echaron al moro: eran en definitiva ciervos del estado imperial, precursores del estado paternalista y su degeneración posterior: la demagogia y la corrupción.
Argentina había comenzado bien desde Alberdi hasta principios del siglo XX, pero una concepción errada de la “justicia social” basada en el estado protector llevó después a la nacionalización de los recursos naturales y a la estatización de todos los buenos negocios que en lugar de formar una elite poderosa como en EE UU, determino la formación de una casta de corruptos que manejaron con ineptitud, por amiguismo los grandes intereses nacionales resultando en empresas deficitarias aquellas que hacían poderosos a los países del norte.
América fue un laboratorio donde se pusieron a prueba dos concepciones distintas con resultados opuestos: valoración del individuo y su libertad, con ciencia racional como herramienta para forjar el progreso individual y el colectivo por un lado y una Hispanoamérica dogmática que desarrolló un estatismo paternalista y confiscatorio para ponerlas al servicio de una burocracia parásita.
Con estados clientelistas que lucraron con la ignorancia de pueblos sumisosn, impidiendo la formación de capitales nacionales de la envergadura que requería la dura competencia internacional que se daría al poco tiempo y los resultados están a la vista.
Como dijimos en capítulos anteriores, todas estas disquisiciones nos iban preparando para lo que vendría en la década siguiente de los 80 donde salimos a conocer el mundo en forma directa y demostraremos para conocimiento de los más jóvenes de que manera determinaron muchas de las cosas que sucedieron después.
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