Agra
Entre Jaipur y Agra, nos detuvimos en Abhaneri, donde está
el pozo abierto más grande del mundo, sirve para almacenar agua de lluvia y fue
construido en el año 800 d. C.
Templo Chand Baori en
el lado izquierda del pozo
El noroeste de India es una región árida y solo tiene
lluvias en la época de los monzones que son vientos del océano Índico húmedos que
llegan del suroeste en verano, la India que todavía tiene un 70% de población
rural depende de los monzones para su producción agrícola, son muy variables en
tiempo de llegada, duración y cantidad de precipitaciones.
Ciudad de Fatehpur Sikri (Clic ampliar)
A unos 35 km antes de llegar a Agra visitamos esta hermosa ciudad
abandonada, fundada por Akbar en el siglo XVI y abandonada 17 años después
posiblemente por falta de agua. Es una de las tantas muestras del esplendor
arquitectónico del Imperio Mogol (siglo XVI al XIX), no confundir con el
Imperio Mongol que dominó casi todo Asia desde el siglo XIII al XIV.
El Taj Mahal (Clic ampliar)
Al día siguiente de nuestra llegada a Agra visitamos el imponente Taj Mahal, la impresión que produce
esta joya de la arquitectura es superior a cualquier otra que hayamos visto
jamás, esa blancura, esa pureza de líneas, el estar enmarcado solo por el cielo
azul y no por otros edificios hace única esta experiencia que muestra lo
sublime de la creatividad humana. Ha sido nombrado Patrimonio de la Humanidad y
una de Las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno, muchos turistas llegan a
India con el propósito de sacarse una foto con este fondo, nosotros no quisimos
ser menos. Este edificio de inspiración
romántica fue construido por Sha Jahan para su amada esposa muerta al tener su
14º hijo, tiene elementos de las arquitecturas islámica, persa, india y turca,
es en realidad un complejo de edificios del que éste es el mausoleo, pero están
lo suficientemente alejados para que realce su mágico esplendor. Trabajaron para
construirlo unas 20.000 personas durante 20 años.
Vista en el interior
del Taj Mahal
Obsérvense las incrustaciones en piedra dura en mármol
decorando las paredes interiores del edificio, posteriormente visitamos un
taller de incrustaciones donde artesanos con infinita paciencia van desgastando
laminitas muy finas de piedras de colores que luego incrustan en cavidades
idénticas hechas en el mármol.
Artesanos de Agra
incrustando piedra dura en mármol
Un breve repaso nos permitirá saber por que hay tantas
mezquitas y arquitectura islámica en esta parte de India: bajo Gengis Kan (siglo
XII), se creó el imperio contiguo más grande de la historia, el imperio Mongol,
procedente de lo que hoy es Mongolia, llegaron hacia el oeste a las puertas de
Europa, a lo que hoy es Turquía e Irán y hacia el este hasta el océano Pacífico.
Cuando estaban establecidos en Persia (actual Irán), se convirtieron al islam,
desarrollaron una cultura propia integrando elementos de toda Eurasia. De esta
combinación de pueblos, culturas y religión surgen figuras como Babur, túrquico
de gran cultura, fundador del Imperio Mogol (1526-1530) en la India, era
descendiente de Tamerlán, comandante de Gengis Kan. A principios del siglo XVI, Babur se lanza a
la conquista de la India iniciando una época dorada donde él y sus descendientes
construyen los grandes edificios que vamos recorriendo, se enriqueció la
cultura, el arte y el comercio hasta la llegada de los ingleses que iniciaron
una nueva etapa en la historia de India.
El Fuerte rojo fue la capital del Imperio Mogol, en su
interior hay una cantidad de edificios que corresponden a períodos de distintos
emperadores.
Palacio del emperador
Akbar 1570
Palacio Privado 1636
Una calle de Agra
Después de ver los magníficos edificios del siglo XVI,
mostramos una calle céntrica de la ciudad de Agra, con sus tuk tuk, que son
taxis verdes y amarillos con una sola rueda adelante en una concurrida ciudad
de 1.5 millones de habitantes.
Varanasi
Al día siguiente volvimos a Nueva Delhi para tomar un avión
a Varanasi, la experiencia que contaré ahora muestra el efecto de las creencias
instaladas en la mente de los pueblos, quizás como un medio de dominación al
principio, hace milenios, pero dado el carácter sagrado que le otorgaron a
animales como las vacas o a ríos como el
Ganges, quedan en el inconsciente colectivo por siglos.
Vacas sagradas
Dicen los guías que hace mucho tiempo a las vacas las “declararon”
sagradas para que no se las comieran, porque las hembras daban leche y los
toros servían para arar la tierra en tiempos en que la supervivencia era muy
dura, en términos modernos le dijeron a la gente que no se comieran el capital.
Pero las calles de la India y en especial en Varanasi, no
solo están llenas de vacas, algunas bastante flacas, sino que también están
llenas de basura y esto está relacionado con la idea de que toda materia después de usada o secretada
por el mismo cuerpo es una inmundicia que hay que sacarla de inmediato de la
casa. Dentro de sus hogares los hindúes son muy limpios y se bañan o higienizan
todos los días, el problema de la basura afuera, en las calles, es de
preguntarse por qué no la saca la municipalidad, pero podemos rebuscar una
justificación: si las vacas son sagradas y andan por todas partes dejando las
tortas de sus deposiciones y buscando en la basura algo para comer, el problema
es cultural y religioso de difícil solución y más todavía si los visitantes van
en busca de estas singularidades para tener que contar al regreso.
Varanasi, camino a la
escalinata Dasashvamedha sobre el río Ganges
En un país con una fuerte división social, no es de extrañar
esta imagen de Varanasi por donde tiene que pasar todos los peregrinos y
turistas para acercarse al río Ganges, las personas que se ven son de clases
bajas o muy bajas, pero es justamente lo que buscan los turistas, ver el
contraste que se produce en esta sociedad tan heterogénea.
Basura y un mendigo
Por esta angosta calle tiene que pasar todos para tomar las
barcazas que los llevarán por el Ganges, también pasan en angarillas envueltos
en mortajas, muertos de todas partes de la India.
Río Ganges en la
escalinata” Dasashvamedha Ghat”
El paseo en botes por el río Ganges se hace apenas clarea el
día viendo en las escalinatas gente haciendo meditación, bañándose o lavando
ropa, esta imagen muestra el lugar donde
cada noche se hace una ceremonia de iniciación de sacerdotes.
Crematorios en Manikarnika
Ghat sobre el río Ganges
La imagen corresponde a los crematorios, ubicados aguas
arriba de la anterior, se creman unos 400 cadáveres por día y se necesitan 300
Kg de leña por cada cremación, de ahí las pilas enormes de madera. Por supuesto
que no todos los cadáveres son de Varanasi, ocurre que según sus creencias en
la reencarnación, quienes son cremados y arrojados al río sagrado no vuelven a
reencarnar, pero cuando hace calor un cuerpo no aguanta 24 horas sin
descomponerse, entonces los traen moribundos de lugares lejanos y apenas
fallecen los creman.
Avenida de Varanasi
Amplia avenida que nos lleva a la Universidad Hindú de
Varanasi, aquí todo es muy limpio y no hay vacas.
En este parque, Buda dio su primer sermón, todo está muy
limpio, se ve el recipiente para deshechos. Estas últimas fotos son para
mostrar que India tiene distintas realidades y que la miseria y marginación
están en ciertos lugares, donde hay ciertas clases sociales y ciertas
religiones con sus normas de vida, pero hay otras diferentes y conviven todos
pacíficamente.
Ceremonias en las
orillas del Ganges
A la oración volvimos a las escalinatas “Dasaswamedh”, una
de las muchas que hay a orillas del Ganges, para presenciar la ceremonia que se
realiza todos los días a la misma hora y dura 45 minutos, donde 7 jóvenes
sacerdotes de casta brahmán cada uno en un altar adornado con alfombras, flores
y varios elementos litúrgicos como los candelabros que se ven en la foto, se
paran frente al río para dar las gracias a la diosa “Ganga” como llaman ellos
al río. Gran cantidad de peregrinos, turistas y hasta vacas se sientan
cómodamente a ver una ceremonia mágica, sintiendo perfumes de incienso,
oraciones y cánticos vedas. En el río, una cantidad de embarcaciones ven de
frente a los sacerdotes, mientras centenares de ofrendas hechas con hojas y
velas se dispersan flotando por el río.
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