viernes, 18 de septiembre de 2015

112 - El otro lado del mundo (1ª parte)

Singapur

Nos acercábamos a la ciudad de Singapur después de 20.000 km de vuelo desde Buenos Aires sobrevolando el estrecho de Malaca por donde pasa el comercio internacional entre oriente y occidente, al día siguiente tomaríamos un crucero de Royal Caribbean por países del sudeste asiático, elegimos esta compañía que solamente sale de este puerto de Asia, porque la comida es europea y todo está escrito en inglés, los que parten de Shanghái u otros puertos tiene comidas asiáticas y todo está escrito en chino.

Nodos marítimos, Singapur entre el lejano oriente y el resto del mundo
Hasta entonces habíamos visitado los principales países de la cultura greco-latina y de las religiones abrahámicas; judíos, cristianos y musulmanes, ahora veríamos otras culturas y otras creencias y como seguiríamos por India, Nepal y los Emiratos Árabes las experiencias habrían de enriquecernos culturalmente en una medida increíble.


Vista de la hermosa ciudad de Singapur (agrandar)

Singapur es importante para los argentinos que buscamos explicarnos por qué, de ser uno de los países más prósperos del mundo y de haber logrado esa prosperidad en una generación, la del 80’, retrocedimos a la decadencia, moral, institucional y económica, mientras ocurría lo contrario en muchos países del tercer mundo que son hoy potencias regionales como éste que es uno de los cuatro “tigres asiático”.

Esta visita me hizo recordar una vieja frase de mi padre en las interminables charlas de La Barra:  “todo es cuestión de individuo” decía, es que no es para menos el caso de Singapur, este país  había sido durante 150 años colonia inglesa desde que en 1819 Thomas Raffles la fundara, advertido que su ubicación estratégica era excepcional, pero sin embargo la prosperidad comenzó mucho después cuando en 1959 Lee Kuan Yew con un grupo de hombres vestidos de blanco, señal de incorruptibles, tomaron el poder y en una generación lo llevaron a ser uno de los países con mayor riqueza per cápita del mundo, superando inclusive a Estados Unidos.
Singapur al igual que otras ex colonias inglesas tiene la impronta del orden social y el progreso económico, pero este país en particular debe su espectacular crecimiento a un hombre visionario que ha hecho todo lo opuesto a los países latinoamericanos y en especial Argentina.

Lee Kuan Yew

Lee Kuan Yew, nativo de Singapur de origen chino, abogado graduado en Londres, electo Primer Ministro en 1959 recibió un Singapur subdesarrollado y repleto de problemas, entre ellos hambre, insalubridad y analfabetismo, pero aplicando libertad económica, propiedad privada de los medios de producción, eliminando toda forma de corrupción y un obsesivo apoyo a la educación, transformó ese pequeño país sin ningún recurso natural, en una potencia económica de magnitud global que iremos viendo en este breve comentario.

Vista parcial del puerto de Singapur el de mayor movimiento de contenedores del mundo

Pero no solo este gigante de la historia es el “individuo” que lideró la espectacular transformación de Singapur, también es cierto que Lee reconocía la influencia del derecho anglosajón aprendido en Londres que en extrema síntesis, favorece al individuo frente a las arbitrariedad del poder público; a tal punto es así que en Inglaterra y la mayoría de los países del Commonwealth, está prohibido el documento de identidad, porque entienden que el estado no tiene por qué inmiscuirse en los asuntos de los individuos. Votar en estos países no es obligatorio, se hace un día de semana que no es feriado y para ser candidato a algo hay que demostrar ser un triunfador en la vida privada y sin rastros de corrupción.
Argentina es un estado súper-burocrático e ineficiente, manejado por personajes de baja estofa, surgido de elecciones obligatorias en la que los pobres estructurales son rehenes de importancia solo numérica, funcionales a la casta parásita de políticos, a través de un sistema clientelar que les permite usufructuar a sus anchas el poder mientras Argentina se derrumba de su 6º lugar en el mundo en 1916, al fondo de la lista entre los países más corruptos de La Tierra. 


El ícono de Singapur (Cuidad león)

Lee, no fue un hombre muy democrático, los de la generación del 80’ tampoco, es que en el punto de partida Lee encontró 4 razas, 4 religiones y 5 idiomas todos en conflicto, estaba rodeado de guerrillas comunistas y dictadores corruptos. Impuso el inglés como idioma oficial, la pena de muerte por delitos graves y corrupción y castigos físicos a delitos menores. Hoy Singapur es una de las ciudades más seguras, educadas, limpias y libres de corrupción del mundo.

La generación del 80 solo tenía como tipos “raciales” los pueblos originarios y los europeos, pero durante la “colonización” se había producido un mestizaje generalizado que dio origen al tipo criollo hasta la llegada de la inmigración europea, pero ésta no hizo más que continuar la formación de un pueblo sin problemas raciales, sin embargo los políticos argentinos pensando en un rédito electoral, crearon estereotipos falsos como el “descamisado” que era el hombre del interior, humilde, quizás un poco moreno, que habría de transformarse en víctima del “oligarca” que supuestamente pertenecerían a la raza maldita de los explotadores. En Argentina entonces se avanzó hacia la división y el enfrentamiento de un pueblo que en realidad no tenía ningún problema serio de ninguna naturaleza.

Lee vio que la pobreza se elimina con trabajos muy bien remunerados, para conseguirlos el pobre tiene que educarse, es por eso que dedicó todo su esfuerzo a la educación creando las mejores universidades de oriente, era un admirador del milagro japonés al que quiso imitar, Japón había sido derrotado en 1945 además de la 2 bombas atómicas que padeció, pero para la época de Lee, 1960  ya era la segunda potencia mundial. Japón atrajo capitales de todo el mundo, Lee hizo lo mismo con empresas de alta productividad que son las únicas capaces de pagar los altos salarios que hay en Singapur.

Digamos por último que  Deng Xiaoping, el sucesor de Mao en China  impresionado por el gigantesco desarrollo de Singapur  quiso imitarlo, Lee Kuan Yew tenía un superministro: Go Keng Swee ministro de educación y de guerra a la vez, Deng Xiaoping se lo pidió “prestado” para cambiar la matriz comunista de China hacia la apertura capitalista y gracias a él hoy China es la segunda economía más grande del mundo.

Con todo lo dicho, no hay dudas de que llamar a Lee Kuan Yew un gigante de la historia está perfectamente justificado.

Barrio Chino preservado por la comunidad China

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