martes, 19 de febrero de 2008

29 - Río de Janeiro

Días pasados visitamos esta hermosa ciudad brasileña y me pareció importante compartir algunas experiencias vividas por el sin fin de contrates que presenta y que la hacen única en el mundo.

Vista de Río de Janeiro donde se combina el mar con la ciudad, las montañas y una vegetación exuberante.

Mientras subíamos en un tren con cremallera al cerro “El Corcovado” (El jorobado), donde está el Cristo que se ve en la foto (maravilla del mundo moderno), conversaba con un matrimonio mejicano, que su próxima escala era Buenos Aires; me preguntaba que cosas podrían ver allí. Les dije que Buenos Aires no tiene paisajes como Río ya que esta emplazada en una llanura de las más extensas que existen y que por lo tanto no verán montañas, que tampoco verán mar por cuanto se levanta a orillas del río de La Plata de aguas cargadas de sedimentos. ¡OH! exclamaban, ya tenemos pagado el pasaje y la estadía..., les dije que no se preocuparan que Buenos Aires les iba a agradar porque si bien es solo un paisaje urbano, es una de las pocas ciudades del mundo que tiene espíritu. (Aclaro para quienes aún no salieron al exterior, se considera que en el mundo hay solo tres ciudades con “espíritu” y son: París, Nuva York y Buenos Aires).

El espíritu de Buenos Aires esta cargado de Tango, es un pedazo de Europa trasladado a Sudamérica donde los edificios de principios del siglo XX, hablan de la potencia económica y cultural imponente que existía hasta el advenimiento del populismo en la década del 40. Les indiqué que caminaran por la Avenida de Mayo, por Diagonal Norte que les evocaría a París, que visiten El teatro Colón donde se inauguró en las épocas de esplendor con la ópera Aurora cuando los cortinados estaban bordados en oro. La plaza San Martín, el edificio de Obras Sanitarias en la avenida Córdoba, la Avenida del Libertador y muchos otros lugares a sabiendas que este tipo de cosas no las iban a ver en ninguna otra parte.

El Pan de azúcar

Luego subimos por un teleférico al cerro Pan de azúcar:

Vista desde el Pan de azúcar: a la izquierda arriba la playa de Copacabana, partes de la ciudad de Río y el teleférico a la derecha.

Teniendo en Tinogasta un paraje llamado Copacabana, preguntamos por el origen del nombre de esta playa carioca (carioca: casa del hombre blanco), nos cuentan que proviene de una localidad homónima de Bolivia a orillas del Lago Titicaca que según los Incas es “Coppa-kcaguaña”, o el “camino de las estrellas que lleva hacia dios” pues desde allí se aprecia claramente esa brújula precolombina que es la Cruz del Sur. Historiadores del lugar lo relacionan con la imagen de la virgen de Copacabana, traída por los portugueses desde el lago Titicaca en el siglo XVII.

La gente

Observábamos un domingo en la playa de Copacabana el ensayo de una Escola do Samba, pero sin atuendos, un camión llevaba una orquesta que tocaba el ritmo pegadizo de la samba y los cuerpos de decenas de miles de personas avanzaban contorneándose como en un éxtasis de punta a punta por la avenida costanera frente a la playa. El tipo de gente denotaba en general un origen humilde, casi marginal, seguramente en su mayoría provenientes de las favelas que abundan por doquier en Río, mi reflexión fue simple, el mundo es como es, hay gente que lleva en la sangre una predisposición para un tipo de vida, para un ritmo, para una vestimenta particular, para un destino a asumir y pareciera que de nada valiese hacer comparaciones, o querer cambiar la realidad en esta sociedad tan heterogénea y desigual.

La comida

¡Que problema es para un argentino cuando se sienta a la mesa en otro país!, ese olor a frituras que contamina el ambiente, que desmerece hasta los barrios más lujosos que por la vista son maravillosos pero al olfato se desdibujan. Ya no sabíamos que pedir para comer porque todo nos parecía una porquería, nos habíamos resignado a comer solo “frango” como le dicen al pollo en Río. Un día ocurre un hecho gracioso: como no entendíamos el idioma un mozo nos ofrece “frango grelado “ pero yo harto de comer frango y creyendo que me ofrecía medio pollo le digo ¿me esta por dar todo un lado?, no... me contesta “grelado”... entonces mi esposa me dice: te ofrece pollo helado, ¿qué? ¡pollo helado!.. no.. señor me replica “grelado”, “grelado”, hasta que comprendimos que significaba a la parrilla. Dos porciones de frango grelado de unos 100 gramos cada una con media papa hervida costaba $ 130,- argentinos, la misma suma que había gastado en combustible para viajar desde Tinogasta a Buenos Aires en 12 horas.

La economía

Un día emprendemos una excursión a Buzios y pasamos por el puerto de Río, era tal la cantidad de autos que estaban estacionados en el muelle para ser exportados que seguro ocuparían varios de las decenas de grande buques cargueros que esperaban turno en la bahía de Guanabara, pasamos el puente de 14 Km de largo que une Río de Janeiro con la ciudad de Niteroi, comprobando como los grandes cargueros como los cruceros de lujo pasaban por debajo del gigantesco puente que en su parte más alta está a 70 metros sobre el nivel del mar.

La guía nos informó que éste es el segundo puerto en importancia de Brasil muy lejos de la envergadura del puerto de Santos por donde sale casi toda la producción de San Pablo, ciudad que por si sola tiene un producto bruto interno (PBI) superior a toda la República Argentina.

PBI Ciudad de San Pablo u$s 300.000 millones

PBI Argentina (toda) u$s 192.000 millones

Como el tipo de cambio en Brasil era de 1,7 Reales por 1 dólar, me di cuenta que en nuestro país es una tremenda mentira que haya que tener un tipo de cambio de 3,15 a 1 para poder exportar. Ese tipo de cambio que nos coloca a los argentinos a precio de remate frente al mundo, es la consecuencia del estado dispendioso que necesita expoliar al campo y a las empresas con retenciones brutales para financiar el populismo barato que llevan a cabo los gobiernos “justicialistas” siendo que en el resto del mundo se subsidia la producción agrícola.

Con el poeta Carlos Drummond de Andrade

“No mar estava escrito uma cidade” Carlos Drummond de Andrade

Sentados en la playa de Copacabana, con el poeta carioca Drummond de Andrade, lástima que fuera de bronce. En el banco dice en portugués: “En el mar estaba escrita una ciudad”

Buzios


Área comercial de Buzios donde descienden los pasajeros de varias líneas de cruceros.


Angra dos Reis


Recorriendo en un “saveiro” algunas de las 360 islas y 2000 playas que tiene Angras dos Reis



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